martes, 2 de agosto de 2011

MI DECLARACIÓN...



Ven conmigo y hagamos de una vez
por todas realidad las vivencias
que tanto hemos planeado.
Viajemos juntos por los confines
de nuestra mutua existencia,
caminemos de la mano por senderos
que hasta ahora recorrimos
separados cada uno por su lado.
Asalta mis sensaciones
con esa maravillosa locura
que eres capaz de provocarme,
enciéndeme en la ternura
sencilla de tu mirada
como si no existiese un mañana,
regálame tus labios
como si no hubiese un después.
Olvidémonos por momentos
de la violencia en el mundo,
las congestiones del tráfico
o la corrupción y el paro.
Te ruego me encarceles
en ese tu amor fulgurante
que tanto llega a subyugarme,
da vida, me obsesiona y arrebata,
e ilumina mis pasos con ese derroche
de luz que atesoras como sonrisa.

Ven conmigo y dejemos
atrás tu pasado y el mío,
tan sólo déjame saborear
el poder sanador de tus labios
dentro de mis besos y muérdeme
una y mil veces con tu pasión
pertinaz y frenética –la misma
que enloquece a mis neuronas-
hasta que se derritan los polos
como se derriten por ti mis ganas,
las de quererte mujer, las de adorarte.
Amémonos de tal manera
que hasta el mismísimo Cupido
sienta envidia nuestra,
que sólo yo sea el esclavo tuyo
y que sólo seas tú la esclava mía
mientras me envicio lentamente
con el eco de tu voz sobre mi cuello,
alucino a cada roce de tu piel
y desembarco con la fuerza
de la vorágine en la conexión
que une a tus piernas con las mías.


Pertúrbame el juicio con tus manos,
recorre repetidamente mi anatomía
con la destreza de una alfarera
y derríbame una y otra vez
ante la luz de la luna reflejada
en el pozo sin fondo de tus ojos.
Motivos para amarte hay muchos
pero no los necesito y espero
que tú tampoco los requieras,
me basta con saber que la vida
y la esperanza tienen un cuerpo
con una piel semejante a la mía.
Ven conmigo de una vez por todas
y enciéndeme de efervescencia
como si no existiese un mañana,
hasta que se derritan los polos,
como si no hubiese habido un antes
y como si jamás hubiese un después
porque ya no puedo ser el que era
antes de probar la miel de tu cuerpo
y no descubriré lo que ahora soy
hasta tenerte por fin a mi lado.

A la compañera de mis días...

1 comentario:

Montserrat dijo...

Bonita declaración de amor.