viernes, 5 de agosto de 2011

LAURISILVA



Viejo bosque en que los árboles
crecen al abrigo
de la humedad del alisio,
donde la niebla contagia
su alma de rocío
y el helecho te saluda
al paso por los senderos,
viejos caminos que han izado
la belleza y el silencio
por respetuosas banderas.
Hoy he vuelto porque siempre
te echo de menos.
Heme aquí, soy el mismo:
Idéntico sudor me aqueja
cuando asciendo tus laderas
y se siguen embelesando
mis oídos con la canción
que entonan tus ramas
al paso de la brisa.
Soy aquel que ama
cada minuto en tu seno,
como ves siempre vuelvo.
Disfruto dejando mis huellas
en tu historia milenaria
y mi ilusión es una hoja
como las que estremece el viento
cuando caen hasta el suelo
convertidas en alfombra
que extiendes por los caminos.
Y mientras disfruto adentrándome
                                        por los vericuetos de una ruta
que me llevará a de nuevo a otro
de tus hermosos caseríos,
te ofrezco mi ofrenda de amor,
tú contemplas mis ojos
y sabes entender lo que siento.

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