Ante todo,
hay que dejar constancia
de la satisfacción
que me produce contemplarte.
Esto es así,
es necesario escribirlo
porque es la realidad
y se ajusta a los hechos.
Lo demás,
descubrir la ternura en tu mirada,
el fuego, la asimilación súbita
de tu pensamiento es vulgarizar
el lujo que supone
poder observarte en silencio.
Si estás,
mis ojos se enriquecen,
hay una concreción palpable,
una suma de sentimientos...
Y cuando miramos
las cosas que nos rodean
el presente se hace infinito.
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