Más viejo e incrédulo,
marcharé por el mundo
con mi carga de experiencia
hasta que un día me engullan
las arenas movedizas del tiempo.
Me hundiré poco a poco
en la oscura eternidad del vacío,
perderé el sentido de las cosas,
a las masas les será indiferente
la celebración de mi muerte,
sólo los locos y los poetas
quién sabe si me envidien un poco...
Así ha de ser y en absoluto
lo pretendo de otra manera,
por eso en la lucidez del hoy te pido
que cuando llegue el momento
no tiendas la mano
para evitar el desenlace,
deja que me vaya en silencio,
recuerda lo feliz que me hiciste,
y celebra conmigo
que tuve la suerte de haber amado.
1 comentario:
Después de tanto tiempo ha sido un placer volver a leer tus escritos. Con este te has superado...
Un abrazo.
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