jueves, 28 de julio de 2011

GRITAR



Es el grito
que amputa la lágrima
que no lloramos
y es la tortura del silencio
de ese grito rebanado
por la lágrima que callamos.
Por eso es preciso gritar
hasta que queme la garganta,
hasta que sangre el cuello
desde adentro.
Romper en gritos
la sordera
de los que no escuchan,
de los podridos por el odio,
la intolerancia y la violencia.
Callar, nunca.
Hay que gritar
desde la cabeza hasta los pies,
desde la boca hasta el sexo,
desde la punta de la nariz
hasta la nuca del que se niega
a escucharnos.
Gritar desde el dolor
hasta el silencio
para que el grito aprenda
a gritar lo que sea preciso.


A las víctimas de Noruega
¡¡¡Parar ya los avances de la extrema derecha en Europa!!!

1 comentario:

Montserrat dijo...

Buenos días... si, es necesario gritar.