martes, 26 de julio de 2011

APRENDÍ



Cuando aprendí
a leer,
descubrí
que hay palabras
que besan;
que no hay
letras solas
sino continuas
como caricias.
Descubrí
que la voz
tenía recursos
tan peligrosos
que son capaces
de matar,
que tiene caricias
y cuchillos,
que es sexo
y pasión.
Descubrí
que en
susurros limpios
la voz sería capaz
de colorear el mundo,
y cuando enronquece
desgarra el alma
hasta abismos
insospechados.
Descubrí
que las pausas son
énfasis imposibles,
abismos sonoros
de pisadas a ciegas,
paréntesis
para la meditación
y el respiro.
Descubrí,
que la voz sabe mentirle
a la piel,
que al pronunciar
ciertas palabras
son como manos
desnudando al
inconsciente
y mostrando
lo que somos.

1 comentario:

Montserrat dijo...

MMMMmmmmmmmmm! delicado...