jueves, 23 de junio de 2011

SÁBADO



Me urgen las ganas
de amanecer en sábado,
lo reconozco por esa amable prisa
que exige el paso de los días,
por el balanceo del aire
que se calla un poco
y deja un silencio lleno de promesas:
será bueno para estar juntos,
habrá oferta de horas amables
plagadas de momentos para recordar.

Entrará por la ventana de los ojos
el eco transparente de unas sílabas,
la confidencia del que se sabe amado
y desea esparcir su titubeo
para que se lleven los violines de ese día
la injusticia de estar solos
cuando se pretende lo contrario.

Amanecerá en sábado perezoso
entre las sábanas revueltas
con aromas carnales,
en un abrir de ojos satisfecho
que no deja sitio a las prisas,
al que no le interesa
que más allá de las persianas
habiten sismos que todo lo inquietan.

Sábado total, mañana acaparadora
de susurros conectados
y almas festejando
la liberación que en la hora
en que nacen los geranios
mientras me encuentras
en la luz que florece en tu mirada
y la miel que destilas en los labios.

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