domingo, 12 de junio de 2011

DUCHA

Quién pudiera ser la mano
cómplice de la esponja
que acaricie tu piel húmeda
para dejar en ella un rastro
de fragancia impecable...

Quién pudiera ser la mano
que ayudase a la toalla
a enroscarse en tu cuerpo
con la suavidad de una caricia
y la levedad de un abrazo...

Quién pudiera ser la mano
que te acompañe siempre
en tus días y tus noches
para darle un sentido
a cada uno de mis dedos...

Quién pudiera ser la mano
compañera en tu existencia
y que no vuelva a haber jamás
una ducha sin el embeleso
de la mirada que la disfrute...

1 comentario:

Montserrat dijo...

Mmmmm... delicado...