SILENCIOS

Son tantos los silencios

que habitan el planeta...

Está el de los castigados

por las sinrazones de la vida,

el de los que sufren y su mano

de pronto toca la nuestra.

Existe el silencio de la pareja

cuando uno es incapaz de explicar,

al otro le es imposible entender

y por eso mismo a uno y a otro

todo les resulta incomprensible.

Hay el silencio de aquellos

que fracasaron

y el vasto silencio que cubre

a los pueblos quebrados en su libertad

y sometidos por la fuerza.

Está el silencio del reo

rumiando su condena

y el del soldado que en la trinchera

no entiende qué diablos es una victoria.

Hay silencios que revelan toda la pena,

o toda la esperanza

cuando aún no se ha perdido.

Y existe el silencio de la vejez,

tan lleno de sabiduría para aquellos

que hayan sabido vivir

la gran extensión de la vida.

Está el silencio de los que se dicen

todo con la mirada

y convierten las caricias en palabras...

Por último llega

el silencio de los muertos

que ya no tienen nada que decir

y probablemente por eso callan.

Pero por hoy los silencios acabaron

y la unión de todas las voces

alimentan el nacer de un nuevo espíritu

gestado en alguna plaza

de una ciudad cualquiera

donde la voluntad se respira.