domingo, 1 de mayo de 2011

BENDICIONES



El Diablo bendiga
el meneo voluptuoso
con el que mueves las caderas
con la intención de provocar,
convertidas por arte
de tu sagrado erotismo
en una milagrosa liturgia
que suma y multiplica pasiones.

El Diablo bendiga
la minuciosa tentación
de tus curvas pecaminosas,
que parecen creadas
para el Cantar de los Cantares
y son reclamadas a gritos
con ojos fascinados
por las incitaciones que transitas.

El Diablo bendiga
la sinuciosidad de tus senderos
convertidos en carnaza
para la perfección del amor,
una persuasión inexorable
de inevitables consecuencias
en los ritos del lecho
y de pasiones acopladas
bajo el blanco de las sábanas.

El Diablo bendiga
la suerte que me brindas
de catar y disfrutar
el vino de aroma almendrado,
que guardas en tu sacristía
de regocijo y seducción
en un viaje que me lleva
desde tu libre albedrío
hasta el cielo de ese éxtasis
en el que me condeno.

1 comentario:

Montserrat dijo...

Precioso...