jueves, 21 de abril de 2011

TRES SON MULTITUD



Cuando por fin me armé de valor para contarle a Ella mis relaciones con la Otra, primero me insultó, luego amenazó con lanzar mis cosas por la ventana, y por último exigió con una mirada llena de rabia contenida que recogiese mis cosas y me fuera para siempre... Pero cuando ya había perdido las esperanzas de volver a verla me llamó más calmada y llegó a sorprenderme con una retahíla de preguntas acerca de aquella mujer y su significado: las diferencias entre las dos, si era ardiente y cariñosa, su nivel de inteligencia, los temas que le interesaban....

Cuando le confesé a la Otra que Ella ya sabía lo Nuestro, me dijo que estaba loco por meterla en aquél berenjenal, no paró de insultar hasta cansarse y amenazó con desaparecer para siempre... Pero luego, ya más sosegada, quiso saber qué le atraía a ella de mí, si era tierna o apasionada, qué posiciones le excitaban más, el tipo de compromiso con que afrontaba la existencia y la razón por la que me costaba tanto dejarla...

Mujeres... Fui tan inconsciente que me creí lo que ambas decían sobre la importancia de ir con la verdad por delante y lo conté todo. Así que les picó tanto la curiosidad que decidieron conocerse sin que yo lo supiera. Ahora Ella y la Otra resulta que viven juntas. En su momento prometieron invitarme a visitarlas, pero estoy empezando a perder la esperanza: No hay manera de que llamen. Será por la cara de idiota que se me ha quedado.

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