viernes, 22 de abril de 2011

PREGUNTAS CON RESPUESTA



¿Qué es la ambición?

¿Caer agotado al final del día
y boquear sin remedio,
por correr de un lado a otro
acumulando estrés?
¿echar abajo los méritos
del que se cruce en nuestro camino?
¿Sacudirse responsabilidades,
estampar nuestros nervios
en la cara de los subordinados
o significarnos pasando por encima
del que sea o lo que sea?

¿Qué es ser recompensado?

¿Un cómodo sillón,
una cuenta corriente esplendorosa?
¿exprimir a unos pobres
demasiado molestos
porque hablan de derechos,
y osan mirar en tu piel
la suave tersura de los que comen,
de los que al salir del baño
encuentran la crema reparadora
sobre la mesa
y un periódico que informa
sobre la cumbre de presidentes?

¿Qué es tener los pies en el suelo?

¿Que no se hable de revolución,
tener la practicidad como bandera,
espantar el espíritu de los que sueñan
y abrocharse los botones de la camisa,
para lucir impecable, como siempre?
¿Nunca imaginarse el daño
que causan las armas de la injusticia,
pensar que igual da hacer algo
que no hacer nada?
¿Prestar oídos sordos a las balas
cuando entran por detrás del cuello,
justo donde los sueños les hierven
a los desheredados?

¿Qué significa tener ambiciones?

¿Sonreír falsamente
como si la vida nos fuera en ello
y aparentar a la hora del brindis
porque es importante
besar manos y arrastrarse?
¿Ocupar el sitio que nos corresponde
en el púlpito de los ojos cerrados,
salvo para ver la cuenta de resultados
y las ganancias de lo invertido en bolsa?
¿Mentir por principio o interés,
desgranar una letanía de ideales vacíos?

Para esas preguntas hace tiempo
que obtuve una respuesta,
por esos mis pies pisan el aire,
no necesito más recompensa
que la que obtengo de mi conciencia
y mi ambición tiene que ver
con el triunfo final
de los que siempre han fracasado,
por los siglos de los siglos, amén.

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