semivestida de un blanco
tan radiante y luminoso
como impura y libertina
será la sonrisa que te admire.
Los muslos insinuarán
momentos de veranos
calentados de sol
y los senos despejados
se ofrecerán a mis manos
preñados de pezón
y sutilmente retadores.
Lo harás porque sabes
que mi boca llevará
incorporado un pack
de viaje por tu cuerpo
perfumado de sudor
y con habitación para dos
en cualquier recodo
del coche o el camino,
en que te sentarás
sobre mis vibraciones,
estando por supuesto
yo debajo de tus ojos.
Acuchíllame entonces
de fiereza lobuna,
envenéname de lengua,
finalízame de pubis,
de transpiración y semen.
Y que se atreva un psiquiatra
a diagnosticar trastorno
pasajero de primavera
porque espero que sea un bien
que dure todas las estaciones
que hayan en cada camino
que emprendamos juntos.
1 comentario:
Bueno,bueno... hoy te has superado. Me han entrado escalofríos...
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