domingo, 17 de abril de 2011

BILLIE



Su voz se deslizaba por el aire
transformando el entorno,
porque desde esa garganta
la música se elevaba
hasta alcanzar Olimpos
exquisitos y sutiles.
El jazz resonaba vibrante
en su voz prodigiosa
rememorando
sufrimientos de una raza,
desgarro y existencialismo
mientras volutas de armonía
trascendían encaramadas
más allá de las luces del techo.
Amores y desamores,
los desconciertos y ternuras
que conforman la vida
se alzaban entreveradas
en el alma de los que escuchaban
el eco de una belleza indefinida
y llena de interrogaciones,
porque cuando cantaba
Billie Holiday
el arte flameaba en su garganta
abrumada de injusticias,
saturada de lamentos
cargada de sutilezas
que dejaban asombrados
hasta a los mismísimos pentagramas.

1 comentario:

Montserrat dijo...

Bonita descripción...