viernes, 4 de marzo de 2011

POBRES




El banco mundial ha publicado recientemente un informe donde afirma que ya son 44 millones los pobres de solemnidad que habitan el planeta. Hablamos de pobreza extrema, que amenaza a decenas de millones de seres humanos en todo el mundo. Supongo que los encargados del estudio no habrán hecho huelga de hambre por solidaridad el día en que convocaron la rueda de prensa para hacer públicos los resultados del informe, y probablemente se hayan ido a cenar a un buen restaurante para comentarlo.

Siempre me pregunto de dónde salen, quiénes son y qué meritos habrán acumulado estos funcionarios y asesores amorfos y abstractos que gobiernan las finanzas internacionales y la economía de este sistema económico tan cargado de injusticias: El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial... ¿Alguien sabe de alguna receta novedosa, de alguna muestra de coraje crítico hacia las sinrazones del sistema o sus propias responsabilidades de lo que ocurre?

Sigue aumentando la pobreza extrema en el mundo... Y la otra también, esa que afecta a los que se ven obligados a gastar más de la mitad de sus ingresos para alimentarse. Los datos de la institución revelan que hay casi mil millones de personas que sufren hambre en todo el mundo; más del 60% son mujeres. Y un tercio de la mortalidad infantil se achaca a la malnutrición ¿Y las alternativas existen para que esto no siga sucediendo, en qué despacho están las propuestas? Resulta impactante saber que la gente muere de hambre mientras el mercado libre sigue sujeto al combustible fósil, a la subvención de los productos agrícolas del primer mundo, a los especuladores y a intercambios económicos donde invariablemente pierde el más débil. Y la deuda engorda en una espiral sin fin mientras se permite que los dictadorzuelos campen por sus respetos siempre y cuando no se atrevan con nuestros intereses estratégicos y de mercado.

Pero también impacta la cutrez burguesa de los ciudadanos del primer mundo, tan pendientes de si hoy lloverá o este verano hará calor. Han decidido huir en pateras simbólicas hasta tierras donde nos quieran acoger Berlusconi o la estupidez televisiva, hasta una playa caliente de barlovento y sarao en la costa del sol donde naufragan los pobres. Hoy todos somos más menesterosos, es cierto, pero esa realidad no es óbice para que actuemos como si las moscas todavía no depositen larvas en las cuencas de los ojos de nuestros hijos.

Nos falta la solemnidad para convertirnos definitivamente en necesitados rimbombantes, vampirizados por mentiras sociales, gobiernos títeres, multinacionales, desquites raciales, expoliación de la tierra, sed, hambre y semiesclavismo. Desde nuestra empachada clase media, nos deslizamos peligrosamente por la pendiente de la miseria y nos abstraemos del panorama mirando el ombligo de cualquier estúpido ignorante que aparece en el televisor.

Y ahí fuera hay 44 millones de personas que no tienen absolutamente nada. Se necesitaría un ejército de 44 millones de pobres dispuestos a tomar el banco mundial y dinamitar sus cimientos hasta las raíces mismas del sistema. Pero no va a pasar, aunque lo que está ocurriendo en los países del Norte de África sean acontecimientos esperanzadores. No va a pasar porque ya se encargarán los Organismos Internacionales que velan por determinados intereses que esto no ocurra...

1 comentario:

Montserrat. dijo...

Paco... te has lucido... muy bueno tu escrito.Me encantaría que pudiese llegar a tantas personas...