miércoles, 26 de enero de 2011

TRATADO DE ZOOLOGÍA FEMENINA


Observaba al hombre con sus penetrantes ojos de gata, dejándose envolver por palabras dulces, que le llenaban el estómago de mariposas multicolores. Luego, con la confesión de las mutuas fantasías, su cabeza se inundó de desvergonzados roedores... Y la transformó en una pantera.

En la cama, se sintió tan libre como un animal salvaje al que le acaban de abrir la jaula que lo aprisiona. Por unos instantes, sus extremidades se convirtieron en largos tentáculos, que envolvían al hombre hasta casi devorarlo...

Aulló como una loba, marcó la espalda de su compañero con arañazos de tigresa, se transformó en águila para volar alto y terminó acurrucándose en su pecho como un indefenso polluelo. A la mañana siguiente, con la puntualidad de un gallo cantor, abandonó la cama revuelta, imitando el silencioso avance de una serpiente...

-Te amo– dijo el hombre, mientras la observaba moverse con la agilidad de una gacela.
–¡Shshsh!– respondió ella, asomando la cabeza mientras lanzaba desde la puerta del baño una sonrisa de delfín...

Y cuando volvió a la cama se convirtió en Ave Fénix, renaciendo de las cenizas de la noche...

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