viernes, 21 de enero de 2011

NOSOTROS



Mi mente no se cansa de la tuya,
va contigo por los senderos
del silencio y del grito,
de la palabra llena de significados:
cuerpo moreno en hueso blanco
carne y espíritu despejados.

Mi mente no cierra su puerta
de sesos fantasiosos,
es el peldaño que me lleva
al altar de las ofrendas
y el alimento para los caídos,
los de abajo, los sin boca,
los tuyos y los míos, o sea: Tú.

La peregrinación nos sustenta,
cuerpo una y cuerpo otro.
Nos sostiene con el peso
del corazón grabado
con el ideario de los esperanzados,
en la sonrisa franca que desea
una historia para todos.

Mi mente no se cansa de la tuya;
somos dos y nos conocemos,
pues casi sin conocernos
hemos cruzado el umbral
del afecto que libera,
del amor que no se tortura,
de la amistad a golpe de sonrisa.

Alma tuya: no pares.
Alma mía: continúa.
Descubran la extraordinaria
aventura de conocerse,
colaboren sin desmayo
y cosechen el fruto
de la amistad y el afecto:
aquí está mi locura,
necesito tu bravura
para redactar definitivamente
ese poema llamado nosotros.

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