Ahora que nos rodean
un montón de conjeturas
que surgen de un tiempo
donde el futuro se esperanza
y se regocijan los días
invirtiendo expectativas,
ven un poco más cerca.
Abrázate a mi espalda
como una intención
de no defraudarnos
y asómate conmigo
a esa playa lejana,
serena y reluciente,
aquella que resplandece
a los pies del faro,
lugar de encuentro
de esplendores identificables.
Podríamos ser recolectores
de salitre, sol y olas,
eruditos en ilusiones.
Por eso quiero volver
y entrar de nuevo en el mar,
pero en tu compañía...
Nadaremos en delicias
desnudos como niños,
solazaremos la arena
de hechizos y seducciones
y estarás en mí como agua
fecunda y absoluta.
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