lunes, 27 de diciembre de 2010

SENSACIONES NAVIDEÑAS



Por encima del sonido
de los cascabeles de los renos,
detrás de las voces
que entonan cualquier villancico,
y del amable soniquete mediático
que invita a consumir a cualquier precio,
resuena el martillo de la deuda soberana
sobre el yunque de la pobreza,
el estrépito interior
de los que se quedan sin techo,
el fragor de la corrupción política y financiera,
y ese crujir de huesos que se rompen,
haciendo añicos los derechos fundamentales
que atañen al ser humano.
El estiércol se vierte en los hogares
a través de la ventana del televisor en el salón:
griterío de pájaros y pájaras de mal agüero,
apelaciones al instinto básico
y a lo más irracional de cada ser humano.
Fútbol y miseria mediática.
Glándulas mamarias operadas y basura mediática.
Partidos políticos que hacen de la bajeza
Nadie nos habita por dentro.
Nadie debería corromper el afán de amar.
Pero el martillo de la Navidad resuena
hace ya mucho tiempo en nuestros oídos
y lamentablemente sabemos lo que significa.
un monumento a la estulticia en sus programas
y más y más basura mediática...
Nadie regala o quita libertad porque es de todos.
Nadie debería corromper el afán de justicia o belleza.

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