miércoles, 15 de diciembre de 2010

LEYENDAS


En un tiempo ya remoto
los árboles y las piedras
hablaban entre sí,
las aves llevaban mensajes
a los cuatro costados
sobre temas relacionados
con la tierra y el agua
o la suerte del fuego.
Los hombres se conocían
por su nombre,
los dioses eran cercanos
y les gustaba vivir
entre nosotros.
Cómo negar su presencia
ante tantas preguntas
sin respuesta aparente
tras la magia del entorno...
Pero hoy,
cuando no se escucha
otra voz que no sea
la nuestra
y aunque seamos tantos,
nos sentimos
más solos que nunca
y escasos son ya
a quienes le interesen
los adagios de las leyendas.

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