La poesía nace
en el seno de los hombres
que saben y sienten,
las aguas que llenan
de sal las orillas,
las flores que campan
sus respetos de colores
por campos y jardines,
las casas pálidas
donde escasea el dinero
y abundan los cariños,
los campos abandonados
y el litoral hecho añicos,
el trigo cansado
y con ganas de ser pan,
el sonido del viento
aullando entre las ramas
de los pinares,
los montes tristes
que lloran gotas de niebla,
el amor que surge
y el que muere agotado,
tu ropa interior
cuando se descubre,
el mensaje de buen augurio
que llega del cielo
como fina lluvia,
la seda y el algodón,
las tiendas de lujo
y el rastro de los domingos...
Y su boca está en la matriz
de todas las cosas,
se enrosca allí
para darles belleza
y restarles pesadumbre.
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