miércoles, 8 de diciembre de 2010

FANTASMAS

En la soledad de mi mismo
me encuentro con mis fantasmas:
Siempre han estado ahí,
será que opinan que no soy
un anfitrión tan ignominioso.
Suelen ser el espejo moral
donde se refleja mi pensamiento,
y ya forma parte del vivir
la reflexión serena y ecuánime
con tan espectrales ocupas.
Con ellos he aprendido
que por muy dolorosos o injustos
que sean los hechos de fuera,
no podemos doblegarnos
a los demonios de dentro,
aunque las sombras que nos habiten
trabajen a conciencia
e intenten condicionarnos.
Y porque el anhelo de comunicar
puede hacerse imprescindible,
mis inquilinos me recuerdan
que la verdad ha de ser apenas
una mancha de tinta en el papel:
Por eso procuro tener cuidado
con lo que escribo con ella
y sé que tras tal naturaleza
lo fundamental de la existencia
es el paralelismo de lo relativo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda.

Anónimo dijo...

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.

Pablo Neruda.

Antoniatenea dijo...

Esos fantasmas tienen la llave de todo. Cuida tus fantasmas . A veces necesitamos todos esos ocupas espectrales para poner equilibrio en nuestras contradicciones.
"no podemos doblegarnosa los demonios de dentro,aunque las sombras que nos habitentrabajen a concienciae intenten condicionarnos":
Muy acertado y con una plasticidad preciosa.

Siempre examinando el interior tanto como el exterior con un brillante verbo.