Negros son tus ojos
como la oscuridad más profunda,
pero son capaces de mirar
como la más tierna de las noches.
En el marco de esa imagen
blanca e irreprochable,
destaca tu sonrisa tierna
que me deja entumecido al mostrar
que existe la dicha de la sonrisa
tras unos labios sinceros...
De tu ternura explícita,
de tu penetrante pasión
que me desea sin pestañear nunca,
recibo las caricias con detalle
para caer en tus labios
hasta ahogarme en ellos
sin pedir auxilio alguno.
No hay vuelta atrás
después de la negrura de tus ojos,
que están por todos lados
pidiendo espacio en mi cuerpo,
por eso me aferro con fuerza
al vocabulario del amor sincero.
Mi camino se ha detenido en el tuyo,
durante el transcurrir de los días
me he convertido en cómplice
sobre las sábanas blancas
donde duermen tus ojos,
intranquilos, inquietantes,
telescopios vivos de tu vida,
‘calidoscopios’ de sueños
rociados de sensibilidad.
Has entrado en mi vida
cuando menos lo esperaba,
y me estás empujando
a recorrer los caminos que iluminas
con el azabache exacto
que es la luz de tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario