miércoles, 17 de noviembre de 2010

BELLEZA


Belleza es un caballo desbocado
sobre la tierra salvaje,
la risa contagiosa de los niños ,
una tempestad más allá del horizonte,
un amanecer sobre la mar,
es... No sé cómo expresarlo...
Es como suspender el tiempo
allí donde uno se despoja de todo
para sentirla penetrar en los ojos
contemplando
una imagen que nos deleita,
que nos hipnotiza, que nos emociona;
observando
aquello que nos captura
que nos atrapa y paraliza los relojes,
que nos hace sonreír
o eleva una lágrima hasta los límites
de nuestra mirada;
saboreando
cual dulce fruta entre los labios
todos los detalles en su conjunto,
con el gusto de un sorbo de vino
frente al fuego de la chimenea
o de un cava bajo las estrellas
en la mejor de las compañías;
escuchando
susurros bajo las sábanas
que se te cuelan por los poros,
la voz del abuelo que cuenta
batallas de una juventud
que no sabes si es real o ficticia
y que tanto da porque poco importa;
oliendo
el rocío de una mañana de otoño
en la piel húmeda de La Tierra,
el sabor del pan recién hecho
que traspasa los límites de la tahona,
aromas a miel impregnados
en una mujer satisfecha del amor;
acariciando
una espalda desnuda y cálida,
o al perfilar unos labios entreabiertos
con la yema de los dedos
y percibir que los sentidos se disparan
guiándonos por los senderos
que el placer divino ha creado
para el deleite humano.
Belleza de una imagen perfecta
a la que ya perteneces
porque caes rendido ante ella,
que te atrapa sin remedio
en un placer etéreo de ver y sentir,
saborear y sentir, escuchar y sentir,
oler y sentir, acariciar y sentir….
Júbilo que te recuerda lo de estar vivo
para respirar al unísono
de cada uno de esos sentimientos
que nos llegan al alma
y la estrujan sin piedad entre las manos
invitándonos a saborear
la adicción sin igual de la ternura.

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