martes, 5 de octubre de 2010

VIAJEROS


Más de una vez se miraban,
pero jamás se dirigieron
la palabra
pese a coincidir
puntualmente cada tarde
en el penúltimo
vagón del tranvía.

Acaso alguna vez,
quizás más como muestra
de civilizada convivencia
disimularon una sonrisa
al cederse el asiento
aparentemente absortos
cada uno en la particularidad
confusa del gentío.

Nunca le dieron
la oportunidad al saludo
como inicio de una historia
que tuviera algo que ver
con la nimiedad
irrelevante de sus vidas
y de esa manera coleccionaron
tiempos de media hora
de trayecto ferroviario
condensados en sus ojos.

Luego...
Él no ha vuelto a aparecer
desde hace meses
y a ella se le desvanecen
las esperanzas
mientras se pregunta
si aquél proyecto de amor
que nunca logró manifestarse
lo habrá roto
la compra de un automóvil.


1 comentario:

Reina dijo...

Esperemos que sea la compra de un automóvil... jaja
Inesperado final... muy bueno...!!