Se conocieron en la residencia: Ella tenía 79 años, él 83. Resultó ser un hermoso amor de juventud y ni qué decir tiene que fue para toda la vida.
Reconozco que por mis palabras campan la rabia, la extrañeza, la soledad, las miradas y ausencias... Y muchas veces, el pesimismo. Lo siento, pero no pienso pedir disculpas por la falta de compasión: Si la ocasión lo merece, también se desbordan las mejores emociones.
2 comentarios:
Sí...un amor de juventud, porque si uno no puede amar es que ya es viejo...y para toda la vida, quizá así sí es fácil durar!!
Que si.
Que és perfecto, y cura todos los males.
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