Ella había venido de un país del Este de nombre impronunciable. Él de una aldea perdida en la inmensidad africana. Se encontraron por casualidad en una cafetería: Ella pidió un café y él un vaso de leche. Se miraron. Sonrieron. Y se dieron cuenta de que ya siempre desayunarían juntos.
1 comentario:
Se llama QUÍMICA , existe, incluso entre mundos diferentes aunque a mi me parece difícil una relación para toda la vida, máxime cuando vienen de mundos diferentes...pero..es una poesía!
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