domingo, 24 de octubre de 2010

ENAMORARSE

Y si te enamoras de alguien
será un ser escaso,
un insignificante insecto
a veces mecido
por una pasión insonora.
Será una persona
que respira, come, defeca,
miente, sufre y llora,
está abocada a la simpleza
o a veces al heroísmo
y casi siempre a la más burda
de las mezquindades.
Podría ser alguien
como yo mismo,
pequeño o grandísimo,
con esa otredad diferente
del prójimo, ajeno o similar.
Tan próximo como alejadísimo,
como luz en tormenta
o Ítaca destrozada
por la labor implacable
del tiempo y las realidades.
Y si yo mismo me enamorase
sería de una alguien compleja,
extraña como una sombra
que siente y perjura,
habla y se equivoca
y no acaba descifrar
lo absurdo que es a veces
la acción conjunta
de neuronas y hormonas.

Pero sin embargo
si tú te enamoras
y yo me enamorase,
el otro se levaría al cielo,
lo pintaría del color del cielo
a ese cielo antes transparente.
Su sonrisa tendría
la categoría del amanecer
y cuando hablase, el habla
sería una armonía polifónica
que pareciera un coro
de ángeles y potencias.
Tocaría algo con su mano
y lo volvería oro,
y cada segundo de su vida
valdría cualquier vida
porque sería
una oportunidad y la razón
para seguir respirando
cada mañana al levantarnos.
Se convertiría por ensalmo
en un ser ilusionario
capaz de mitológicas hazañas,
alguien semidivino y humano
pasado siempre por el tamiz
de la miopía, el amor y el dolor.



No hay comentarios: