viernes, 29 de octubre de 2010

ALGUIEN

A los que con su sacrificio rompieron nuestras cadenas
Pensó que alguien
debía de hacer algo
desenrolló su alma
como una bandera al viento,
puso sus sentires al sol...
Y desplegó sus alas
frente a un folio en blanco,
abrió su alma
para lanzar una proclama,
o supo de qué lugar
tendría que estar la justicia.
Con sus manos
intentó embotellar
la inmensidad del mar
en la palabra mar.
Con su corazón
quiso enseñarle
el azul del cielo
a millones de ojos
acostumbrados al gris.
Afiló su pluma
para ser denuncia
y con ella en la mano
desenterró el silencio,
se irguió entre la masa
y destapó los truenos
para ponerlos al servicio
de una noble causa...
Hasta que el Poder
le supo su enemigo
y logró que por fin
las rodillas se le doblaran.
Cuando cayó en tierra,
una nube de tristeza
recorrió el mundo
que lloró sobre la noche.

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