miércoles, 4 de agosto de 2010

LA META


Tal vez la meta sea
no alcanzarla jamás,
porque es un espejismo
al que te va llevando
la inercia que trajiste
de otra existencia.
Tal vez pudiera
ser algo palpable,
un tesoro desenterrado,
un lugar inexplorado
del que acabas por alejarte
cuanto más cerca estés.
Tal vez encarne
la idea de una tierra prometida
que se esconde cuando muerde
tus labios la esperanza
y la fatiga insiste
en preguntarte si quedan
unos pocos metros o mil años,
si un eterno retorno
la hará tuya
o si será un anhelo
inasequible al desaliento.
Tal vez la meta
sea no alcanzarla nunca,
que alguien te rescate
cuando ya te has ido
o que vuelvas al mundo
una y mil veces
con la profunda herida
de estar tan cuerdo
como sólo puede serlo
el que exista en la locura.










No hay comentarios: