jueves, 26 de agosto de 2010

ADIÓS


Cuando la maleta estuvo llena
todo fue más sencillo:
Se le vació de pesadumbres
y de vacilaciones el alma.
La arrastró como quién esgrime
una vida entera
de circunstancias aciagas
y salió pegando un portazo
con vocación de olvido.
En la escalera se abrió
un patio interior
de geranios rojos,
vecinas sordas y calamares fritos.
En el cuartito de la azotea
la lavadora iniciaba
el aclarado de camisas
y ropa interior de un hombre
que pasó de inmediato
a formar parte de un tiempo
infinitamente descolorido.





3 comentarios:

Paloma dijo...

Portazos que dejan atrás la carga de lo que no vale la pena llevar a cuestas. Un adiós que abrirá nuevos caminos...
Precioso poema, me encanta como escribes.
Gracias

Pacogor dijo...

Un placer...

Reina dijo...

Lo más difícil es tomar la decición de por fin abrir la maleta...
Las dos realidades que mostrás son duras... pero hermoso como lo describís...