miércoles, 9 de junio de 2010

ARDE EL POEMA


El poema arde,
porque tiene que ver
mucho contigo.
Se quema su fondo
en las palabras que escribo,
como el verbo que sucumbe
cuando está cerca
de tu ombligo.

Las órbitas del aire
estampan tu aliento
entre mis labios
y tu nombre
curva la espalda
del paraíso prohibido
que mi carne te conjuga.

Hoguera de vocablos
con las que esta noche
se hace cenizas mi ayer,
pues te conviertes
tras esta guerra de goces
en presencia de todos
los amores ya olvidados.

Y después el postre
de sentir la sonrisa
que desprende tu mano
mientras escribo versos
con el sabor impreso
del infinito que nace
entre tus piernas,
dando cobijo al amor.

2 comentarios:

Antoniatenea dijo...

Quema esa espalda, esas órbitas del aire, quema ese paraíso prohibido....lo que es cierto es que esas cenizas aún queman, nada está apagado en algún lugar de ese volcán y éste es un poema encendido.
Bellísimo y vivo.

Pacogor dijo...

Lo mismo digo de tu comentario: Bellísimo y vivo. Gracias