domingo, 2 de mayo de 2010

SUS RESTOS EN MI PIEL


Les parecerá imposible,
pero es cierto:
No puedo olvidarlos
porque sus restos perdidos
los llevo en la piel.
Acaso no sea
un manifestante habitual
o un activista de su memoria,
pero los siento conmigo
formando parte de lo que soy:
Pueden verlo si se fijan,
porque no cicatrizarán las heridas
hasta que sus familias
puedan dejar de llorarles
y darles el homenaje que merecen.
No les engaño,
de verdad están en mi piel,
al igual que llevo también
las cicatrices del bisturí
de cuando me operaron,
o los restos de las caídas
y pedradas infantiles
que de tanto en tanto
hubo de curar mi madre.
Acaso no sea
lo que alguno de ustedes
hubiesen deseado,
admito que incluso no soy
quien yo hubiera querido,
pero ellos sí que están
formando parte de mi ser,
como mis errores y mis amores,
mis orgullos y mis pesares,
pero logrando que sea
mejor de lo que hubiese sido
si no fuese por su ejemplo.
En esta carne mía
siento el terror que pasaron
inmediatamente antes
de que los silbidos de las balas,
atravesaran los caminos
para llenar de sangre
sus sueños y esperanzas.
También los llevo en la piel
porque el país que defendieron
no los deja descansar
a pesar del tiempo transcurrido,
pues algunos animales de costumbres
les siguen negando
la miel de la reconciliación
y el amor que merecen,
optando por la vía miserable
de la ofensa y el escarnio.
Necesitaba escribir mi rabia
porque no puedo entender
que se ningunee su sacrificio,
y se siga pretendiendo todavía
relegarlos al oprobio y el olvido.

3 comentarios:

eMi dijo...

Te comprendo maravillosamente

Rita dijo...

Lo comparto al cien por cien

Pacogor dijo...

Y yo celebro que haya gente que lo comprenda y lo comparta...