Eres una estúpida, grita con fuerza,
y el dolor desgarra las paredes de la casa.
Eres un coñazo, reitera de nuevo,
y la noche se inunda de lágrimas.
Te voy a enseñar, susurra amenazante,
y el terror a lo que sigue atenaza tu alma.
Esta vas a aprender, te dice,
y la desolación vuelve a ser determinante.
Porque eres una estúpida sólo por pedirle
que vuelva pronto a casa
en lugar de quedarse a beber con los amigos.
Porque eres un coñazo por recordarle
que existen obligaciones por cumplir
que les competen a ambos.
Porque te va a enseñar por indicarle
que su comportamiento dista mucho
del que tenía al principio de conocerle.
Porque vas a aprender que cumplir tu parte
no significa que él actúe de similar forma.
Te trata peor que aun perro
por ocuparte, amarle, servirle,
rogarle, mirarle, atenderle y aludirle...
Y acabas sintiéndote una mierda,
llorando a mares en la oscuridad del salón,
intentando hacer el mínimo ruido
y rezando para que los niños no se despierten.
Vives sobre estas líneas que hoy escribo
la decepción más amarga,
la pena de la humillación continuada,
la herida que provoca la fractura de la magia,
el desaliento que motiva el hecho
de que el hombre con quien compartes tu vida
te escupa repetidamente a la cara su desprecio
y por enésima vez haya dejado
impresas en tu cuerpo las huellas de su maldad.
y el dolor desgarra las paredes de la casa.
Eres un coñazo, reitera de nuevo,
y la noche se inunda de lágrimas.
Te voy a enseñar, susurra amenazante,
y el terror a lo que sigue atenaza tu alma.
Esta vas a aprender, te dice,
y la desolación vuelve a ser determinante.
Porque eres una estúpida sólo por pedirle
que vuelva pronto a casa
en lugar de quedarse a beber con los amigos.
Porque eres un coñazo por recordarle
que existen obligaciones por cumplir
que les competen a ambos.
Porque te va a enseñar por indicarle
que su comportamiento dista mucho
del que tenía al principio de conocerle.
Porque vas a aprender que cumplir tu parte
no significa que él actúe de similar forma.
Te trata peor que aun perro
por ocuparte, amarle, servirle,
rogarle, mirarle, atenderle y aludirle...
Y acabas sintiéndote una mierda,
llorando a mares en la oscuridad del salón,
intentando hacer el mínimo ruido
y rezando para que los niños no se despierten.
Vives sobre estas líneas que hoy escribo
la decepción más amarga,
la pena de la humillación continuada,
la herida que provoca la fractura de la magia,
el desaliento que motiva el hecho
de que el hombre con quien compartes tu vida
te escupa repetidamente a la cara su desprecio
y por enésima vez haya dejado
impresas en tu cuerpo las huellas de su maldad.
3 comentarios:
¡Cómo me emocionas!
Cómo hago mía la tristeza, el dolor, la desesperanza, el miedo, la falta de autoestima, la amargura de una situación vivida por tantas mujeres cuando una relación no funciona...
¡NO! ¡Me rebelo!... Rompo la idea de que la verdadera vida no es aquélla que nos hacen vivir, sino la que queremos vivir...
Les dedico una canción de Concha Buika "Jodida pero contenta" (que a su vez una buena amiga me dedicó a mí para que la escuchara muy muy bien...)
Quien canta tiene el valor de decir: me voy... Aunque duela, me voy. Me voy donde esté mejor que contigo porque "aunque tú ya no me quieras, A mí me quiere LA VIDA y llevo dentro la esperanza con miedo, pero con fuerza"...
http://www.youtube.com/watch?v=j9AmqngGGbo
Conozco muy bien a la Buika (fantástico su último disco de versiones en colaboración con Chucho Valdés), y he escuchado un montón de veces la canción que mencionas...
No sé si has analizado el tema del maltrato desde todos los puntos de vista, pero para mí que soy hombre es doblemente descorazonador: Por el hecho en sí de tantas mujeres que lo sufren, y porque en la inmensa mayoría de los casos son los hombres los causantes. A la rabia que tú seguramente sientes por el dolor que se infringe a las víctimas, se une la vergüenza del mal causado por gentes de mi mismo sexo.
Siento al leer tu poema, un profundo desaliento,al recordar (a veces se me olvida) que son muchas las mujeres que viven una situación semejante.
Hay que gritar que no tienen porqué aguantarlo, nada justifica una situación así, nada.
Un saludo.
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