Quién sabe,
igual un día te sorprendo,
me quito la máscara
de la camaradería,
y me dejo de rodeos
para enfrentarme
cara a cara
con tu belleza asombrosa
y pronunciar
mirándote a los ojos
unas palabras
que desde hace tiempo
se me agolpan
en los labios.
Quién sabe,
puede que sea martes,
o mayo, o dieciocho,
y haya una cita
o un encuentro
o vete tú a saber
lo que pueda moverse
entre tu horizonte
y el mío, o viceversa.
A lo mejor no es nada
que sobreviva
a lo que diga o haga,
a lo que oigas
o dejes de hacer,
pero tarde o temprano
llega el momento
de despejar las dudas...
Quién sabe,
puede que esta vez toque.
igual un día te sorprendo,
me quito la máscara
de la camaradería,
y me dejo de rodeos
para enfrentarme
cara a cara
con tu belleza asombrosa
y pronunciar
mirándote a los ojos
unas palabras
que desde hace tiempo
se me agolpan
en los labios.
Quién sabe,
puede que sea martes,
o mayo, o dieciocho,
y haya una cita
o un encuentro
o vete tú a saber
lo que pueda moverse
entre tu horizonte
y el mío, o viceversa.
A lo mejor no es nada
que sobreviva
a lo que diga o haga,
a lo que oigas
o dejes de hacer,
pero tarde o temprano
llega el momento
de despejar las dudas...
Quién sabe,
puede que esta vez toque.
2 comentarios:
¿Cómo no ser curiosa y hacer una apuesta a tu favor, Paco?
Apuesto a que ese "quién sabe..." se convertirá pronto en osadía
y tus sentimientos harán la proeza de abrir la puerta
y de renovar mágicamente esperanzas que tomarán protagonismo en la realidad del día a día...
Pero la pregunta pertinente sería si es realidad o ficción... ¿No crees? Jejeje
Publicar un comentario