martes, 20 de abril de 2010

NOCTURNO DE OTOÑO


Te sé frágil y sensible,
tanto que imagino
que puede quebrarse
en cualquier momento
tu sombra al respirar.
Por eso mis brazos
quieren abrirse
cuando lleguen las primeras
señales del otoño,
para que la ternura adopte
la forma de tu cuerpo.
Tan leve pareces,
tan al borde de ti misma,
que pienso en que las noches
han de enseñarnos el modo
de crear un mundo diáfano,
más abierto que el aire,
más leve y más tierno,
para permanecer hermanados
y unidos como el tiempo
a punto de ser eterno.
Entonces haré volar palabras,
se te enredarán en el pelo
y pondrán tu nombre
a una sonrisa que ilumine
esos viejos sentimientos
que nos hacen más humanos.

1 comentario:

Mara dijo...

¡Qué bello el poema!

Un saludo.