sábado, 3 de abril de 2010

ESTIRPE


Hoy escribo este poema
remedando una caricia,
para hacerte sentir igual
que cuando tú me tocas,
o hacerte saber
que surge un misterio
cuando nos encontramos
y te rinde pleitesía
mi corazón cuando te mira.
Quiero alzar una oración
de puro estío,
convertirte en rebelión
de amor y carne,
la definitiva patria
que albergue
las palabras más hermosas.
Escribo creando puentes
encadenados
al vértigo del tiempo
de no verte
porque definitivamente
estoy cautivo
de la luz que en ti me ciega:
Más allá de tu estirpe
sólo existo
para saber que muero.

2 comentarios:

Salma Anjana dijo...

Qué bello. Me deja un agridulce sabor a recuerdo. Y la imagen con que lo acompañas lo intensifica. Saludos.

Pacogor dijo...

Saludos, Salma. Si se me permite el consejo, no le hagas el menor caso a lo agrio de tus recuerdos y quédate con lo dulce. Al fín y al cabo es lo que importa de los experiencias pasadas. Y fija la mirada en el futuro, porque ninguna puerta está cerrada, si no somos nosotros mismos los que le echamos el candado.