lunes, 5 de abril de 2010

DISIDENTE


Siempre que me dieron a elegir, opté por mi propio camino. Algunos comenzaron pronto a señalarme con el dedo... Al principio, la frustración y la derrota detonaron en mi alma. Luego las cosas mejoraron y me negué a buscar la aprobación que te otorgan los que quieren llevar la batuta de la vida de los demás y la necesidad de sentirme reconocido. Con frecuencia el sendero desaparecía, y se hacía difícil avanzar entre las miradas acusatorias de los que nunca admiten el derecho a elegir una vía alternativa.

Agradecí despojarme de los tópicos, porque eran un bagaje que pesaba demasiado en la mochila. Extraños individuos quisieron acogerme bajo sus artificiales alas: misántropos, profetas, visionarios, líderes de opinión y reivindicadores de una obsoleta idea de la libertad. No le hice caso a ninguno, porque detrás de los bellos estandartes y floridos discursos, la farsa y la represión acechaban para hacer realidad dolorosas frustraciones.

He de reconocer aquí que alguna vez me dejé seducir y caminé con ellos, pero pronto mis pasos se tornaban vacilantes y sentía ahogarse mis pulmones. Hasta que llegaba en auxilio la conciencia y conseguía restablecer el equilibrio en mi juicio crítico. Nunca esperé a que me echaran, prefería irme con la cabeza alta y por iniciativa propia.

Hasta que acabé por desnudarme y emprender el camino del exilio que marcan las sendas inexploradas. Si alguna vez quieren visitarme, por ahí sigo. No me siento alternativa de nada y a nadie pretendo convencer. Mi bandera es intentar ser yo mismo y no pertenecer a rebaño alguno. No crean que es fácil de enarbolar, con tanto pastor que hay empeñado en ejercer por el mundo. Algunos, los de siempre, inventaron un término para definirme: Me llamaron disidente...

5 comentarios:

Josep Vilà i Teixidó dijo...

disidente, extraño, raro,

ni sigo, ni quiero que me sigan.

caminemos juntos si el camino nos junta en su designio.

guardemos en el corazon el recuerdo de la presència, y sigamos en plena libertad.

Pacogor dijo...

Lo suscribo plenamente...

Ana María dijo...

Yo también lo suscribo. No se puede expresar mejor ese sentimiento del propio camino en libertad, sin pretender cconvencer a nadie.
No todo el mundo se da cuenta de estas cosas.

Un placer leerte Paco, como siempre.

Estoy retornando al blog después de iniciar una agridulce primavera...

Gracias por hacer de este momento de reencuentro un momento muy especial al leerte.

Un abrazo

Pacogor dijo...

Se te echaba de menos, Ana. Y me preocupa esa expresión tuya sobre la primavera. Si puedo hacer algo para contribuir a mejorarla, dímelo. Tienes a tus disposición mi dirección de correo... Úsala si hace falta, por favor. No lo dudes ni un instante.
Un abrazo

Ana María dijo...

Gracias amigo por el ofrecimiento. Lo tendré en cuenta. Tu propio blog es más importante de lo que te imaginas...
Besossss