Nos reconocemos en un mundo
lleno de dualidades,
no hay más que leer los diarios
o echar un vistazo
a los libros de historia:
Siempre nos encontramos
en un precario equilibrio,
sin tener muy claro hacia dónde
inclinamos la balanza
con nuestras decisiones.
Esclavos-Libertad. Balas-Paz.
Atraso-Modernidad. Sombras-Luz...
y mucha barbarie,
toneladas de crueldad
campando a sus anchas,
con tantas víctimas acumuladas
que no podríamos contarlas
aunque nos lo propusiéramos.
El tiempo se ha vuelto hambre
demasiadas veces,
y el espacio un cúmulo de injusticias.
Eso es lo que nos dan,
si no exigimos lo que en derecho
nos corresponde a ti y a mí,
lo que nos pertenece como pueblo:
Juntos, abriendo las manos
para estrecharlas con fuerza,
cerrando los puños
para guardar dentro nuestra rabia
y levantarlos como un estandarte
solidario y estremecido...
Todo está preparado para la marcha
en pos de forjar nuestro destino:
el sol de los veranos, la lluvia del invierno,
la música del viento, el rumor del mar,
y un afán de libertad
que rompa los moldes de la memoria
para hacer más felices y legítimos
los años que quedan por venir.
lleno de dualidades,
no hay más que leer los diarios
o echar un vistazo
a los libros de historia:
Siempre nos encontramos
en un precario equilibrio,
sin tener muy claro hacia dónde
inclinamos la balanza
con nuestras decisiones.
Esclavos-Libertad. Balas-Paz.
Atraso-Modernidad. Sombras-Luz...
y mucha barbarie,
toneladas de crueldad
campando a sus anchas,
con tantas víctimas acumuladas
que no podríamos contarlas
aunque nos lo propusiéramos.
El tiempo se ha vuelto hambre
demasiadas veces,
y el espacio un cúmulo de injusticias.
Eso es lo que nos dan,
si no exigimos lo que en derecho
nos corresponde a ti y a mí,
lo que nos pertenece como pueblo:
Juntos, abriendo las manos
para estrecharlas con fuerza,
cerrando los puños
para guardar dentro nuestra rabia
y levantarlos como un estandarte
solidario y estremecido...
Todo está preparado para la marcha
en pos de forjar nuestro destino:
el sol de los veranos, la lluvia del invierno,
la música del viento, el rumor del mar,
y un afán de libertad
que rompa los moldes de la memoria
para hacer más felices y legítimos
los años que quedan por venir.
3 comentarios:
Me ha encantado su poema...Y me ha venido a la mente una frase que le escuché ayer a Federico Mayor Zaragoza, aproximadamente decía así "Juntos de la mano hombres y mujeres podremos cambiar el mundo..."
¡Cómo me gusta su discurso!
Un saludo.
Gracias, Mara. Resulta desalentador tanta resignación, tanto pragmatismo, tanto sabor a derrota... Si nos quitan el espíritu de rebeldía ya no nos queda nada, porque ni siquiera nos quedará la esperanza.
Me anima constatar que hay quien siente parecido, sino uno llega a pensar que nada merece la pena.
Ahora recuerdo la famosa frase que dice más o menos...
"Los que luchan toda una vida, son los únicos imprescindibles"...
Otro saludo.
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