sábado, 6 de febrero de 2010

CONTIGO


¿Qué podemos hacer si los que amamos
nos quieren de forma equivocada
y nos convierten en huérfanos
del cariño que se supone nos profesan?
¿Acaso debemos dejarnos mecer
por un mar lleno de rencores
y quedar abandonados a las tinieblas?
El resentimiento y la ira son tentadores
para un corazón que se siente abrasado
por la incomprensión más injusta,
y se corta las venas en silencio.
No nos queda otra: Seguir adelante,
dejando atrás las cargas emocionales
que nos impidan avanzar.
Si me dieran a elegir,
prefiero mil veces al que dice odiarme
que sufrir el daño emocional
de los que desconocen el amor en positivo.
Te digo esto para que no te hundas
porque son ellos los que no te merecen
y porque conmigo no estás sola.
Vengo a ayudarte a plantarle cara al dolor,
apretando tu mano entre las mías,
absorbiendo el veneno que intentan
inocular en tu esencia transparente.
Te voy a envolver con mi abrazo
y quiero hacerte cosquillas en el alma
hasta encontrar de nuevo esa sonrisa
que ha sido desterrada de tu cara.
Pacientemente, poquito a poco,
sin darle tregua al encono
que tentaba por invadirte
y que haría de ti algo que no eres.

3 comentarios:

Ana María dijo...

Debo reconocer que me arrancaste esa sonrisa con tu poema... Me encantó. Me hizo "cosquillas en el alma" y sentirme mejor.
Gracias porque me animas con tus escritos. Un placer leerte.
Ah, una ternura de foto la que elegiste como cabecera...

Pacogor dijo...

No se me ocurre qué más puedo pedirle a un poema. Lo lanzas al mundo y retorna trayendo consigo el doble de satisfacción de cuando fue creado...
Así da gusto.

Rita dijo...

Cuanto dices en ese poema y que bien dicho está, cuanta razón tienen esos versos, como dice Ana María me animas mucho, un beso