lunes, 11 de enero de 2010

CIUDADANOS O MIEMBROS


Lo más asombroso del concepto de democracia es que la idea entraña el que en las comunidades políticas humanas el gobierno recae en manos de personas corrientes y no en personalidades extraordinarias. Alguien dijo una vez que cuando los dioses le dan un cargo a alguien, le dan también el entendimiento para llevar a la práctica sus obligaciones. Si esto no fuera cierto nos veríamos obligados a cambiar la forma de gobierno. Por eso la democracia está enferma, porque se sostiene en un entramado donde cada vez más los partidos políticos sustituyen la fuerza de las convicciones por el culto al líder, que se convierte en una figura intocable. Desde esta óptica, todo lo que no sea unanimidad es considerado crisis interna, todo lo que sea discrepancia resulta sospechoso.
El tema de las comunidades políticas es algo contradictorio, porque a diferencia de los estados, que están formados por ciudadanos, las comunidades (al igual que las nacionalidades) tienen miembros, lo que las vuelve un concepto innegociable e irracional, algo que no es un contrato y que significa poner el acento en el cierre de filas frente al adversario, que se convierte en enemigo. Es la carga de ser miembro de un grupo que se vuelve excluyente. Cuando eres miembro dejas de ser ciudadano y se pasa de una significación basada en el humanismo y la razón a otra que se mueve en el terreno de la intolerancia y la irracionalidad.
Es fácil mantener tranquilo al rebaño, basta tener carnaza para alimentarles, es para ello inevitable convertirlas en masa. En ellas lo heterogéneo se rinde a lo homogéneo y prevalecen las cualidades inconscientes. Son fundamentalmente irracionales, vulnerables a las influencias externas, y tienden a seguir natural y necesariamente a la representación de la autoridad que las controla manteniéndolas unidas por medio del contagio y la repetición. Así es sencillo convertir las mentiras, las falsedades, en la Verdad con mayúsculas. Basta con lograr que un número suficiente de gente tengo el mismo deseo, para conseguir un producto con éxito.
Sostener unidas a las partes significa ahorrar energía. No soy un experto, pero la ciencia argumenta que una misma masa de materia viva, si está dividida, tiene un metabolismo más intenso y gasta más oxígeno que si la misma masa fuera compacta. Un kilo de peces gasta más oxígeno que un pez de un kilo. Hay que mantener unida la masa gestionando su producción excedente para evitar perturbaciones. La palabra turba tiene un valor casi técnico, es la masa en lo que tiene de turbado, de perturbado y de perturbador.
Se le teme al debate, a la discrepancia. Cada vez más se recurre a la consigna, a las trincheras como engranaje. Todo el que alguna vez ha formado parte de un grupo humano luchando por una convicción firme o contra una injusticia (sea o no justificable, eso es lo de menos), sabe de la inercia, de lo difícil que es oponerse a su movimiento una vez que ha optado por una determinada dirección. Colaboran eficazmente en ser el eco que lanza a los cuatro vientos las voces de alarma, los medios de comunicación, que han optado por el partidismo en lugar de la independencia. Se confunden interesadamente información y opinión, que se difunde enmascarada para mantener a la masa en movimiento y conseguir que cada vez más gente forme parte de ella. En cierta manera, es con lo que soñábamos los que procedemos de la convicción de la lucha de clases, pero el sueño se ha convertido en pesadilla: esta vez no hay consignas revolucionarias. Sólo podredumbre y afán de poder.
El problema es qué hacer, una vez llegado a la meta... No resulta difícil de adivinar, porque una vez que estás metido en esta dinámica, lo único que queda es seguir en ella, cada vez más alejado de cuestiones tan esenciales como la responsabilidad, la ética y la verdad. A estas alturas se preguntarán de quiénes estoy hablando... Pero no era la intención de estas reflexiones poner nombres. Piensen un poco, y seguro que los podrán identificar.

2 comentarios:

Ana María dijo...

DEMOCRACIA: del griego,DEMOS (pueblo), y KRATOS (autoridad)Gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía...
Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja...

Pacogor dijo...

Democracia no es depositar cada cuatro años un voto dentro de una urna, y dejar que otros decidan por nosotros. Es mucho más: Exigencia, compromiso, espíritu crítico y, si hace falta, movilización. Pero es mucho más sencillo ejercer la crítica desde la barra de un bar o las cuatro paredes de nuestra casa. La política no es sólo el sistema de partidos, al igual que la economía no existe solamente para un grupo de especialistas. Se ejerce desde el ámbito en que nos movemos: El trabajo, la colectividad donde vivimos, el municipio, la escuela, las ONGs... Las alternativas si es no nos gusta lo que elige la mayoría.
No echemos la culpa a los demás por optar por tirar la toalla y mirar hacia otro lado, o nos vamos de compras para adorar el becerro de oro que significa nuestra tarjeta de crédito.