miércoles, 2 de diciembre de 2009

EL NACIMIENTO

Imagen: Foto de Tenerife tomada desde un satélite de la NASA
La decisión era firme y estaba dispuesta a llevarla adelante costase lo que costase. Pero había llorado tanto en aquellos últimos meses, que acabó preguntándose cuál sería el camino que toman las lágrimas cuando abandonan nuestro cuerpo, para independizarse y formar parte del mundo que nos rodea.
La última gota rodaba ya por su mejilla y, fascinada, comprobó cómo caía a tierra lentamente. Decidió seguirla con cuidado, a prudente distancia para no asustarla. El recorrido fue largo, a través de todo el continente. Pero valió la pena cuando descubrió que la meta estaba en el mar, que pudo ver por vez primera.
Quedó sobrecogida por la emoción del encuentro. ¿Entonces sus lágrimas y el mar eran lo mismo? No podía creerlo... Las aguas, en su eterno movimiento de vaivén le atrajeron poderosamente, actuaban como un agujero negro que parecía querer devolverle a los tiempos remotos de la creación del Universo. Decidió sumergirse amparada en las sombras de la noche, se desprendió de la ropa y nadó durante horas en dirección al horizonte hasta que se le agarrotaron los músculos. Sintió que era como volver al seno materno, la sensación era de felicidad absoluta y decidió quedarse en mitad del océano para siempre... El mar, agradecido, la convirtió en isla.
Muchos siglos después, los humanos le pusieron nombre: La llamaron Tenerife.

3 comentarios:

Pacogor dijo...

Este será el prólogo del nuevo libro: Un conjunto de poemas donde Tenerife será la protagonista absoluta. A ver si está listo para las navidades...

Rita dijo...

Pues promete mucho, me ha gustado este prólogo, espero lo siguiente, besitos

aguaytorre dijo...

Yo estaré atento cuando el libro vea la luz, pues este año he estado en la isla y me ha maravillado.