EMIGRANTES

Imagen: Emigrantes canarios en ruta hacia Venezuela a bordo del velero 'Telémaco'

Ayer,
pasos tristes, pisadas ahogadas en la tierra,
penas abandonadas en los caminos
para agilizar una vieja maleta
repleta de rimas desconsoladas,
de lágrimas y semillas olvidadas en la playa,
en una marea de angustia
donde el mar se hace eco de llantos,
mientras se agranda el camino del destino.

Anillos que no entienden la partida
que abandona el terruño natal
en busca de lejanos horizontes
más allá del Atlántico,
sobre veleros que encogen el ánimo
y donde un archipiélago se hará recuerdo,
poesía sentida, emigrante del alisio...

Hoy,
silenciosa llegada desde el mar
en extenuadas barcas que tantas muertes
han marcado la ruta de occidente.
Oscura tez que busca la sombra
del volcán que se yergue sobre las nubes
para llenar sus esperanzas
de tabaibas, dragos y palmeras
y reparar los pensamientos rotos
tras el dolor de la partida.

Desgarros que unen angustias
del pasado y el presente,
huellas de la historia que regresan,
búsqueda de la dignidad perdida,
injusticias que han cambiado de signo
con el paso del tiempo,
hambres que no saben de fronteras,
orillas que conocieron despedidas
y que ahora saben de encuentros.

Y entre mares de lavas cambian
los signos arbitrarios del destino...