sábado, 24 de octubre de 2009

LA CENSURA DE 'SAW VI'


Vaya por delante que me repugna ese tipo de films, y no he visto ninguna de las películas de la saga Saw. En realidad no tengo el menor interés en hacerlo, porque no soporto la exaltación de la violencia más gratuita con el pretexto de que estemos hablando de una obra de terror.
Pero aún odio más la censura estatal de cualquier obra de arte. No considero que nadie esté capacitado, ni tenga el más mínimo derecho a decidir por mí lo que puedo ver, leer o pensar. Tuve la desgracia de vivir tiempos que ya parecían enterrados en las páginas de los libros de historia, y pensaba que se habían desterrado de este país para siempre.
Me considero una persona razonable, y entiendo la necesidad de otorgar una calificación a las películas antes de su llegada a las pantallas como información al público, que es el que tiene todo el derecho a tomar la decisión final de verlas o no.
También considero que el análisis del tema debería ir más allá de este hecho en concreto: Los canales de distribución y de exhibición ejecutan constantemente una, definámosla como ‘censura económica’, impidiendo con sus políticas comerciales que determinadas obras de cine independiente lleguen a estrenarse siquiera, o lo hagan de manera tan minoritaria que sólo podrán verlas unos pocos privilegiados. Así de transparente y claro es el sistema, que opta cada vez más por el espectáculo y la ganancia fácil, en lugar de por la calidad.
Pero lo de ahora es diferente, porque hablamos de censura estatal: Un film que podrá verse en las pantallas de medio mundo, en España sólo tiene permiso para estrenarse en las salas calificadas como X, destinadas según la ley a ‘las películas de carácter pornográfico o que hagan apología de la violencia’. No está de más significar aquí que quedan en España solamente 8 con esa categoría: El cine porno ha pasado a ser de uso estrictamente privado en los últimos años.
Que algo así ocurra en un país que presume de avanzado socialmente es sencillamente surrealista. Y que sea a causa de una decisión tomada en una comisión que depende del Ministerio de Cultura del gobierno socialista que, a su vez tiene al frente a una Ministra que proviene del mundo del cine ya es directamente aberrante.
Porque que me expliquen la razón de que la decisión se tome con la sexta entrega de la saga, y no con las cinco anteriores, que recibieron la calificación de ‘no recomendable para menores de 18 años’.
Y ya que estamos, que expliquen también si cuestiones como esta no les quitan la razón a los que se oponen a las descargas directas en internet por considerarlas ilegales. Si alguien se cree que con esta medida se impedirá el visionado de la película, es que no tiene ni idea del mundo en que vive. Mucho me temo que ocurrirá más bien lo contrario: El número de espectadores aumentará de forma exponencial debido a la publicidad gratuita que le ha supuesto el escándalo.
No me considero tan iluso como para pensar que el caso originará dimisiones dentro del ministerio. Los tiempos en que los cargos públicos tenían un mínimo de vergüenza están pasando a mejor vida. Por eso mismo exijo que se cese a los responsables: Pero no solamente a los que directamente han censurado la película, sino también a los que mantienen una determinada normativa que hace posible que semejante necedad ocurra.
Y dicho esto, vuelvo a asegurarles que no tengo la más mínima de intención de ver semejante mamarrachada de torturas, sangre y vísceras. Por lo que a mí respecta, como si la tiran a la basura. Es MI DECISIÓN, pero cualquier otra es igual de válida. Aquí ya entramos a valorar otras cuestiones. Como la del buen gusto, por ejemplo.

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