jueves, 1 de octubre de 2009

FALLECE RAFAEL AROZARENA



Triste, muy triste la noticia del fallecimiento de Rafael Arozarena. Casualidades de la vida, hace muy poco releía 'Mararía', la novela que le encumbró a la historia de la literatura canaria, redescubriendo una cantidad de matices realmente asombrosa en el texto, que no ha perdido por cierto ni un ápice de frescura y calidad.
La protagonista se convierte en símbolo de una isla, Lanzarote, que por cierto Arozarena amaba profundamente, otorgándole en el libro una dimensión casi mística. Extraordinaria también la capacidad para describir situaciones y personajes, con una riqueza de recursos narrativos y estilísticos extraordinaria:

"Tal un negro ciprés, ahumada tea o cuervo en vertical, la vieja permaneció allí plantada un buen rato. Estaba descalza y sus pies secos y arenosos, delgados y fuertes, parecían agarrarse al piso. También sus manos quedaban descubiertas y eran como garras de milano, garras amarillosas, largas y surcadas de arrugas. Pero en la parte alta de aquel árbol requemado, algo surgía incandescente aún; algo como una brasa encendida surgía de aquellos ojos negros, árabes, jóvenes y hermosos. ¿Fuego? -me preguntaba yo mismo-. ¿Qué clase de fuego? ¿Acaso la ira? Contemplando aquellas ascuas fijas y resplandecientes pensé en un rostro terso y blanco y unos labios carnosos y sensuales de leves rosas, dulces y tibios como las uvas de volcán. Años atrás, desde luego, años atrás, cuando por las cañadas de aquel cuerpo joven cruzaban los alisios erizando el fino triguillo de la piel, formando las dunas arenosas del torso. Años atrás, desde luego. Antes que el mismo viento pasara huracanando sobre la arcilla y dejara el paisaje convertido en un erial desamparado y rugoso, antes que los ojos se convirtiesen en pavesas de rabia, cuando el fuego surgía de la montaña y encendía la isla toda y los hombres salían de sus casas y atravesaban la noche pretendiendo carbonizarse en la extraordinaria ardentía. Entonces sí, el fuego. Mas ahora, ¿qué origen tenía la centella? Por un momento me sentí prisionero de la luz. Después recordé las arenas de Femés, los surcos del tiempo, la mano que acaricia la tierra cada segundo."

"El alba en Femés comienza con un tono claro en el horizonte y un color azul frío como el acero. Es como si apareciese una espada o un largo pez luminoso."

"Es decir, como dos mares: uno negro de lava en los malpaíses y el otro color de oro de los arenales. Ambos me atraían por igual y rara era la tarde que no me internaba por aquellas llanuras muertas y sangrantes a la hora en que el sol se disponía a desaparecer."

Pero Arozarena fue mucho más que su obra más conocida: Poeta, pintor, periodista, narraciones para niños... A destacar especialmente su obra poética, quizás menos conocida por el gran público, pero igual de interesante que la novelística. He aquí un ejemplo:

Nunca supe hacia donde va el tiempo
ese tiempo que hice entre mis manos y se marcha
libre como un ánade silvestre
como el agua de un río desconocido.
Curiosas campanas denuncian su paso
y en la noche los astros intensos alumbran
del corazón la fiesta en lugares ignotos.
Nunca supe hacia donde va el tiempo
si conozco mares, llanos o montañas
donde sus alas se pliegan.
Pero un día será posible que encuentre en mi camino
un cerezo de flores perennes que descansa en el espejo
(de una nube).
Tan cerca estaré entonces como ahora tan lejos
de una mano que el tiempo dejó entre mis manos.

Rafael Arozarena nos legó una estela de sueños y símbolos que nos enriquece como pueblo. En la hora de la despedida, el mejor homenaje que se me ocurre es leerle... Y hacer una seria reflexión sobre su filosofía de la vida. Como bien dijo un día:

'Estamos dejando pasar la poesía de la vida por la carrocería de un Mercedes'.


2 comentarios:

ALEXIS dijo...

Era un gran soñador.

Rita dijo...

A mi también me impactó Mararía, un gran escritor y como tu bien dices, también un poeta, ahí nos queda su obra, esa es la suerte del escritor, la de dejar su huella, descanse en paz