viernes, 9 de octubre de 2009

CALLEJERO


El músico está cansado, harto de que la gente pase indiferente, sin tan siquiera dirigirle una mirada de consideración, o pararse un momento a escuchar los sonidos que emite su instrumento. Así que con movimiento repentino abre la maleta que le acompaña y guarda en ella la guitarra, el banquito donde se sentaba, la farola de la esquina, la acera, el árbol que le daba sombra, un par de papeleras, el kiosco de las revistas, una tienda de informática, una peluquería de señoras, las hojas muertas del otoño y el solar donde algunos desaprensivos arrojan la basura...
Se va con la música a otra parte, llevando consigo el escenario donde interpreta su concierto callejero.

1 comentario:

Rita dijo...

siempre me han llamado la atención estos musicos callejeros, y si, es cierto que la gente pasa a su lado ignorando su presencia pero si lo hacen bien, y en la mayoría es así, a todos nos gusta que sus melodias acompañen nuestro caminar. Pero no se les premia. Injusto. feliz fin de semana