domingo, 27 de septiembre de 2009

OTOÑO


Aparece de súbito el otoño
en la puerta de casa,
mientras el tiempo
nos ha conducido
a través de un laberinto
de hojas en blanco,
envueltos en un revoltijo
de incógnitas por resolver.
Seguimos esperando
algún premio de la vida,
es como si estuviera
en nuestra naturaleza
no llegar a entender
que el premio es vivir.
Los árboles nos ofrecen
un lecho de hojas secas
para las utopías de antaño,
pero no era esto
lo que pretendíamos,
aunque sea un consuelo
haber olvidado la palabra
con la que un día
llegamos a inventarnos.
Tranquilo, que el mundo
no acaba por ahora,
y los sueños no tienen
por qué consumar su límite
con la llegada del frío...

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