lunes, 28 de septiembre de 2009

MEDIDAS ECONÓMICAS


Lo lanzo así, de golpe y porrazo: Hablemos un poco de economía. Es que, por si no se habían dado cuenta estamos en crisis, y nunca me ha gustado dejar que sólo hablen de determinados temas los especialistas. Esos que con su jerga, sus estadísticas y su seguridad en los análisis, nos llevan luego al terreno ideológico que les interesa para clavarnos en nuestras espaldas sus recetas, la mayoría de las veces sangrantes para los bolsillos menos favorecidos.

Partamos de lo general, para llegar a lo concreto: El capitalismo es lo que es: Toda su estructura empresarial y financiera se ha caracterizado históricamente por la puesta en práctica de la inmoralidad y la codicia como columna vertebral de la actividad económica: El sistema recurre a cualquier arma, incluyendo los conflictos bélicos, con tal de hacer rentables los negocios. Derribadas en los últimos años las barreras de contención que suponían la utópica revolución comunista y los retoques igualitarios de la socialdemocracia, la rapiña capitalista campa por sus respetos. Tampoco es de extrañar que incluso cada cierto tiempo le sobrevenga una crisis importante, porque son en esos momentos cuando se aprovecha para eliminar de raíz cualquier vestigio de conquista social que moleste a los oscuros intereses de los buitres que se enriquecen a costa de lo que sea.

Pero dejemos el terreno teórico, y pasemos a lo concreto. Se debate mucho en España cuáles han de ser las recetas para ayudar a levantar el vuelo económico en un país que arrastra la carga social de soportar más de cuatro millones de parados: De hecho, el Gobierno ha decidido subir el IVA en los Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio: Dos puntos el general y uno el reducido, que recordemos entre otras cosas afecta a la hostelería y a la vivienda. A la vez, se retira la deducción de 400 euros en el IRPF para las rentas más bajas vigente desde hace dos años.

Qué sencillas son algunas recetas económicas cuando lo que se decide es cargar el peso del aumento de la recaudación del estado sobre los hombros de los trabajadores. Lo inmoral no es eso, sino que encima nos quieran hacer tragar ahora desde las instancias del gobierno, que subir los impuestos indirectos también es una medida progresista, cuando estas medidas afectan sobre todo al bolsillo de los llamados mileuristas .

Preparando el terreno para lo que se nos venía encima, El Presidente se había lanzado en los últimos tiempos a una serie de declaraciones que han llevado a que desde determinadas instancias se comentase la posibilidad de un giro del gobierno hacia la izquierda. Esos cantos de sirena se negaban a ver algunos síntomas preocupantes que asomaban en el horizonte del socialismo español desde el verano: Ya en su momento, el Ministro de Fomento, al que se le señala como uno de los grandes ideólogos del PSOE, estableció la barrera a traspasar para que se te considere oficialmente como rico en España: Son los que ganan más de 50.000 euros. Claro que el problema reside en cómo saber quiénes superan esa cifra en sus ingresos, dado que el 90% del Impuesto sobre la Renta se nutre de los asalariados (los que su sueldo está controlado mediante una nómina). Recordemos que el IRPF es un impuesto progresivo, que son los más justos porque pagan más los que más ganan. Vuelve a asaltarnos de nuevo la pregunta ¿Qué pasa con los que no tienen una nómina?

Pues pasa que pueden respirar tranquilos, a pesar de tantos fuegos de artificio verbales de Zapatero: La élite financiera de España no verá alterada su rapiña económica, bien amparada en el llamado SICAV: cuatro mil Sociedades de Inversión de capital variable que controlan más de 27.000 millones de euros y que, asómbrense, tributa solamente al 1%. Eso no se toca: La Ministra de Economía razona que hacerlo podría fomentar la fuga de capitales. Sorprendente argumento, cuando de puertas afuera el Gobierno español pretende liderar la lucha internacional contra los llamados paraísos fiscales.

Seamos justos: El gobierno socialista ha sido capaz de conseguir avances significativos en algunos terrenos de la igualdad social: Colectivos como los homosexuales o las mujeres (ya ha sido enviada al Congreso la nueva Ley del Aborto y se puede comprar sin recetas en las farmacias a partir de hoy la Píldora Poscoital) se han beneficiado de decisiones valientes, que han levantado polvaredas entre los sectores más retrógrados del país. Pero acabar con una fiscalidad profundamente injusta también debería estar entre los objetivos de todo el que se considere a sí mismo como progresista. Pues ya ven: Llegados a este punto, les entra la flojera, se olvidan de las raíces y se comportan como liberales al uso: Alguna medida para salvar la cara mediática y jugar al despiste y poco más, salvo poner la carga de los impuestos sobre los hombros de los de siempre mientras que siguen cegadas las fuentes de una buena parte de la financiación de los servicios más básicos. A los más ricos, ni tocarlos: La educación, la sanidad, la justicia o la seguridad que se nutran de cuestiones retóricas.


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