lunes, 7 de septiembre de 2009

MANIFIESTO DE OTRA VIDA


Apuesto por un mundo abierto
donde cada gota de agua
contenga un sol idéntico
para cada persona que la habite.
Podría convertirse en un lugar
donde se entrecruzarían libres
las estrellas y los flamboyanes,
las esperanzas y los objetivos...
La vida nos bañaría por completo,
la sentiríamos latir
en los corazones de todos los colores,
llegarían hasta nosotros
liberados todos los aromas,
tendrían su sitio todas las raíces.
Seríamos oro y viento de paz,
alzados más a nuestro aire,
sin la contaminación verbal
y la violencia gratuita
de los cultivadores del rencor
y los adoradores de la muerte.
En ese espacio de convivencia
mis manos también ayudarían
a estrangular en la noche
el tropel de viejas penas
que desde tiempos pretéritos
nos acosan inmisericordes.
Mis palabras serían asimismo
abono para encontrar los secretos
del diálogo abierto y permanente:
Brillaríamos humedecidos por el rocío
y la necesidad de ser mejores,
abandonando para siempre
el corazón destrozado de las cosas
y la penuria de vivir en la tempestad.
Abrazaríamos en comunión de almas
nuestras policromas purezas,
reconvertidos en una cadena
donde la libertad sea el engarce
que nos lleve en una deriva perfecta
por todos los mares del pensamiento,
hacia el puerto final de la dignidad:
Espero que más pronto que tarde
celebremos allí nuestro encuentro.

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