sábado, 5 de septiembre de 2009

LUCES


Me gusta el silencio
y en la oscuridad de la noche
el tenue resplandor
de la reflexión serena.
Me gusta el rocío
de las primeras horas
extendido por la tierra
y la humedad de los campos
cuando despunta el día.
Me gusta el aire fresco
de los amaneceres
y ver la llegada a puerto
de los pescadores
mientras el sol se anuncia
tras el horizonte.
Me bastan pocas cosas
para que no me abandonen
los hilos del sosiego
y no me importen demasiado
las angustias pasadas.
He aprendido a mirar
lo que vale la pena
que vea mi alma
y bajo ese sueño mágico
enciendo las luces
que mi existencia necesita.

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